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La disfonía es cualquier alteración que se produce en la emisión de la voz. En el ámbito no médico se la conoce como ronquera y afonía, por lo que el paciente refiere que tiene la “voz ronca” o que “está afónico”.
Las personas que trabajan o ejercen su profesión utilizando la voz como su principal herramienta se encuentran más expuestas a sufrir disfonías. Se trata de:
• Docentes
• Locutores
• Cantantes
• Empleados de call center, telefonistas
• Telemarketers
• Curas u oradores
• Recepcionistas
• Profesionales de la voz
La alteración es más probable cuanto mayor es la carga horaria en la tarea. Aquellas personas con hábitos fonatorios alterados también se encuentras más predispuestas a la disfonía. El reflujo gastroesofágico y extraesofágico son factores perjudiciales que pueden de por sí generar o agravar una disfonía. Los factores emocionales también influyen enormemente en la voz y tornan a la persona a presentar mayor vulnerabilidad a la disfonía.
Las cuerdas vocales son la fuente de emisión de la voz, se encuentran en la laringe y son dos, una derecha y una izquierda.
Para poder emitir sonidos, el hombre debe efectuar una buena inspiración de aire, y luego la espiración producir la movilidad de las cuerdas vocales. Esta combinación permitirá que las cuerdas se unan en la línea media y vibren, generando la emisión del sonido. La disfonía es un síntoma que implica un trastorno en la calidad y/o cantidad de la voz, que hará que la misma se apague o altere su timbre.
El encargado en estudiar las disfonías es el otorrinolaringólogo o la especialidad médica encargada es la Otorrinología (ORL). El sonido de la voz que emite el paciente es fundamental para sospechar el motivo y la presencia de una lesión en las cuerdas vocales. Se utiliza un estudio llamado fibrolaringoscopía . Este estudio puede realizarse a través de la boca o de la nariz. Su objetivo es observar las cuerdas vocales en reposo y en movimiento.
Las disfonías por laringitis aguda son producidas mayormente por un cuadro viral y suelen resolver espontáneamente. En estos casos no es necesario el estudio exhaustivo del paciente. Cuando la disfonía está en relación al trabajo o se sospecha una causa funcional u orgánica se la estudia en profundidad.
Otros estudios adicionales que en ocasiones se requieren son:
• Laringoestroboscopía: es un estudio similar al anterior pero que puede observar la vibración producida por las cuerdas vocales al emitir la voz.
• Laboratorio de la voz: es un estudio informatizado del sonido de la voz que mide los parámetros acústicos tales como frecuencia, intensidad, etc. Este estudio lo realiza un foniatra utlizando una computadora y un micrófono en el cual el paciente tiene que emitir vocales y palabras.
En términos generales se pueden diferenciar las disfonías en dos grandes grupos. Orgánicas y funcionales. En algunos casos las causas se superponen y los motivos de la disfonía son más de uno.
En ocasiones el paciente consulta refiriendo que presenta hiatus laríngeo. El hiatus (hiato, gap) laríngeo es una condición por la cual las cuerdas vocales no logran acercarse lo suficiente a la línea media produciendo una voz soplada con escape de aire. A este fenómeno se lo puede observar en los pacientes con patología tanto funcional como orgánica. El diagnóstico “hiatus laríngeo” puede resultar insuficiente si no se aclara cual es el motivo de este hiato. Por lo tanto, últimamente, se está tratando de evitar este término y reemplazarlo directamente por la causa que lo produce como por ejemplo quiste intracordal.
Hay pacientes que presentan disfonía para la voz hablada pero no tienen problemas en la voz cantada, esto es así debido a que los mecanismos que se ponen en marcha en ambos casos son diferentes.
• Esbozo nodular
• Nódulo/s de cuerdas vocales
• Pólipo/s de cuerdas vocales
• Quiste cordal
• Granuloma
• Parálisis recurrencial
• Distonía laríngea
• Tumor de cuerdas vocales
• Surco cordal
• Edema de Reinke
• Laringitis aguda y/o crónica
• Estenosis laríngea
• Leucoplasia
• Hematoma intracordal
• Queratosis
• Laringitis por reflujo
• Hiperfunción
• Hipofunción
• Disfonía pitiática
• Disfonía espástica
• Otras alteraciones del hábito fonatorio (uso incorrecto de la voz) que producen síntomas como: fatiga vocal, carraspeo, sensación de cuerpo extraño, tensión vocal, dolor al hablar, necesidad de aumentar el volumen de la voz, disfonía del fin de semana o del fin de día con recuperaciones transitorias.
Para cada causa existe un tratamiento específico. Las herramientas terapéuticas que más se utilizan son:
• Reposo vocal
• Rehabilitación foniátrica
• Tratamiento antirreflujo
• Tratamiento quirúrgico endoscópico (microcirugía de laringe)
Es la inflamación (hinchazón) de las amígdalas.
Las amígdalas son ganglios linfáticos que se encuentran en la parte posterior de la boca y en la parte de arriba de la garganta. Ayudan a eliminar las bacterias y otros microrganismos para prevenir infecciones en el cuerpo.
Una infección viral o bacteriana puede causar amigdalitis. La amigdalitis estreptocócica es una causa común.
La infección también se puede observar en otras partes de la garganta. Una de tales infecciones se denomina faringitis.
La amigdalitis es muy común en los niños.
Los síntomas comunes pueden ser:
• Dificultad para deglutir
• Dolor de oído
• Fiebre, escalofríos
• Dolor de cabeza
• Dolor de garganta que dura más de 48 horas y puede ser fuerte
• Sensibilidad de la mandíbula y la garganta
Otros problemas o síntomas que pueden ocurrir son:
• Problemas respiratorios si las amígdalas son muy grandes
• Problemas para comer o beber
El médico hará una inspección de la boca y la garganta.
• Las amígdalas por lo general están enrojecidas y pueden tener manchas blancas.
• Los ganglios linfáticos en la mandíbula y el cuello pueden estar hinchados y sensibles al tacto.
Se puede hacer una prueba rápida para estreptococos en la mayoría de los consultorios médicos. Sin embargo, este examen puede ser normal y usted aún puede tener estreptococos. El proveedor puede enviar la muestra faríngea a un laboratorio con el fin de que le realicen un cultivo para estreptococos. Los resultados del examen pueden demorar unos días.
Las amígdalas inflamadas que no presenten dolor o que no causen otros problemas no necesitan tratamiento. Es posible que el médico no le dé antibióticos y le pueden solicitar que regrese para un control más tarde.
Si los exámenes muestran que en realidad tiene estreptococos, el proveedor le dará antibióticos. Es importante terminar todos sus antibióticos como indica, incluso si se siente mejor. Si no los toma todos, la infección puede reaparecer.
Los siguientes consejos pueden servirle para sentirse mejor de la garganta:
• Tome líquidos fríos o chupe paletas de helados con sabores a fruta.
• Tome líquidos, sobre todo suaves y tibios (no calientes).
• Hágase gárgaras con agua tibia con sal.
• Chupe pastillas (que contengan benzocaína o ingredientes similares) para reducir el dolor (no deben usarse con niños pequeños debido al riesgo de ahogamiento).
• Tome medicamentos que no necesiten receta médica, como paracetamol (Tylenol) o ibuprofeno para reducir el dolor y la fiebre. NO le administre ácido acetilsalicílico (aspirin) a un niño, dado que este medicamento ha sido asociado con el síndrome de Reye.
Algunas personas que presentan infecciones repetitivas pueden necesitar cirugía para extirparles las amígdalas (amigdalectomía).
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